Este texto es para ti, que has visto volar 30, 35 o 45 euros de tu cuenta sin explicación. Y también es para ti, compañero abogado, que necesitas identificar rápido esa cláusula nula para fundamentar tu demanda.
Creemos en esto: si te damos las herramientas a ti, y facilitamos la vida a otros abogados, al final ganamos todos contra los abusos.
Somos un despacho familiar. Mi padre y yo. Eso significa que nuestro hábitat natural es el juzgado, no el teléfono. Si nos llamas, seguramente sonará y sonará. No es dejadez, es que estaremos en sala defendiendo a alguien como tú. Por eso hemos escrito esto. Para que avances sin esperarnos.
Durante años, todos (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter…) incluyeron (y siguen incluyendo) una cláusula automática. Un mecanismo ciego. La llaman “Comisión por reclamación de posiciones deudoras” o “Gastos por gestión de impago”.
El objetivo era simple: si te retrasas, pagas una penalización fija. Sin que ellos muevan un dedo. Sin burofax, sin llamada real, sin gestión. Solo un algoritmo que te cobra. El Tribunal Supremo (STS 566/2019) dijo que eso es abusivo. Que si no hay servicio efectivo y gasto real justificado, no pueden cobrarte esa “multa” encubierta.
Tu trabajo ahora es coger tu contrato (el del préstamo, la tarjeta o la cuenta) y buscar estas frases. Son el ADN de la trampa.
El Santander suele tener una redacción muy estandarizada. Búscala en el apartado de “Comisiones” o en el anexo de tarifas. Suelen referirse a un importe fijo que cambia según el año (39€, 49€…), pero la cláusula madre dice algo así:
“Comisión por reclamación de posiciones deudoras vencidas. Por la gestión de reclamación de las posiciones deudoras que puedan producirse, el Banco percibirá una comisión de 39 euros (o el importe que sea), que se liquidará una sola vez por cada posición deudora generada…”
Si lees “se liquidará una sola vez” y “gestión de reclamación” sin especificar qué gestión es esa, la tienes. Es nula por automática.
El BBVA ha usado muchas variantes, pero la esencia siempre es la misma: cobrarte por el aviso. En muchos de sus préstamos hipotecarios y personales, la cláusula que el Supremo ha tumbado una y otra vez se parece a esto:
“Comisión por reclamación de posiciones deudoras. Percibirá el Banco por la reclamación de impagados, una comisión de (30-35) euros, devengándose dicha comisión por el mero hecho de la reclamación de la deuda vencida…”
Fíjate en la trampa: “por el mero hecho de la reclamación”. Como si enviar una carta generada por ordenador justificara cobrarte 30 euros. Bingo.
CaixaBank suele ser más agresiva con los importes (actualmente rondan los 40-45€). En sus escrituras y contratos de tarjetas, a menudo bajo el epígrafe de “Precio de los servicios”, encontrarás:
“Gastos de reclamación de impago. En caso de impago de cualquier importe vencido, el prestatario vendrá obligado a satisfacer al Banco la cantidad de 45 euros en concepto de gastos de reclamación, para compensar las gestiones que el Banco debe realizar para recuperar la deuda…”
La clave aquí es “compensar las gestiones”. En el juicio, cuando les pedimos que demuestren esas gestiones, nunca tienen nada más que un apunte contable automático.
El Sabadell (y sus absorbidos como la CAM) tampoco se complicaba. Suelen incluirlo en las “Condiciones Financieras”. La redacción habitual que debes buscar es:
“COMISIÓN POR RECLAMACIÓN DE POSICIONES DEUDORAS. Se percibirá por la reclamación de cada posición deudora vencida, una comisión única de (39) euros. Esta comisión es incompatible con los gastos de correo, telegrama o burofax…”
Ojo al detalle: dicen que es incompatible con los gastos de correo para parecer justos, pero te cobran 39 euros por un “aviso” que a ellos les cuesta cero. Esa es la cláusula.
Bankinter sigue el mismo patrón. En sus cuadros de amortización o condiciones generales, busca esto:
“Comisión por reclamación de impagados. En el supuesto de que se produzca el impago de alguna cuota, se devengará a favor del Banco una comisión de (x) euros en concepto de comisión por reclamación de posiciones deudoras, destinada a cubrir los costes de la gestión personalizada del impago…”
La palabra mágica y mentirosa es “personalizada”. No hay nada personalizado en un ordenador cobrando a miles de clientes a la vez. Si tienes esto, tienes el caso.
Si has llegado hasta aquí y has reconocido una de estas frases en tu contrato, enhorabuena. Has confirmado que el banco te ha estado cobrando una “multa” camuflada de servicio.
Ahora tienes que hacer dos cosas:
Es un paso obligatorio. Y cómo hacerlo bien, con el texto exacto para que no te tomen el pelo, te lo contamos si haces clic aquí abajo.
Lo que escribas aquí lo leerá un abogado, no un comercial. Si creemos que podemos ayudarte, te lo diremos. Si hay otros que te pueden ayudar mejor, te lo diremos.
No nos gusta perder el tiempo ni hacérselo perder a los demás. La decisión es tuya.
