
En 30 segundos
Sé cómo te sientes ahora mismo. Cansancio, frustración y la sensación de que nadie te escucha.
Este artículo es la hoja de ruta exacta para solucionar eso. Aquí te explicamos cómo conseguir la indemnización que te corresponde por ley, paso a paso y sin tecnicismos.
Pero antes, un favor:
Léete esto hasta el final. Si después sigues teniendo dudas, nos escribes. Lo pedimos por una razón práctica: somos un equipo pequeño y queremos dedicar el tiempo a ganar casos, no a responder dudas que ya están resueltas aquí. Si nos ayudas a ser eficientes, podremos ayudarte mejor a ti.
La realidad de las aerolíneas (y por qué necesitas saber esto)
Vamos a ser claros.
Las aerolíneas no son “malas”, son empresas. Y como empresas, su objetivo es ser rentables.
Cuando un vuelo se retrasa mucho, saben una estadística demoledora: la inmensa mayoría de los pasajeros se enfada, pone una hoja de reclamaciones mal redactada y, al cabo de dos semanas, se olvida.
El sistema cuenta con tu aburrimiento. Cuenta con que pienses: “No merece la pena el esfuerzo”.
Ahí es donde se equivocan. Y ahí es donde entramos nosotros.
Mi padre y yo llevamos este despacho familiar. No somos una firma gigante de esas que ves en las películas americanas. Vivimos la realidad del juzgado día a día.
Si nos llamas y no lo cogemos, es probable que estemos con la toga puesta defendiendo a alguien como tú.
Pero si sigues los pasos que te voy a dar, tienes muchas papeletas para recuperar tu dinero.
El procedimiento (paso a paso)
Si tu vuelo ha llegado a su destino final con más de 3 horas de retraso, la ley europea está de tu parte.
No importa lo que te hayan dicho en el mostrador. Esto es lo que tienes que hacer:
1. Documentación: el modo “hormiguita”
Guárdalo todo. Parece obvio, pero es el error número uno.
-
Tarjetas de embarque (si la tienes en el móvil, haz captura de pantalla ya, a veces la app las borra pasado el vuelo).
-
Reserva del vuelo.
-
Tickets de comida y bebida durante la espera.
-
Facturas de hotel o taxis si tuviste que pernoctar.
Sin papeles, no hay caso.
2. La prueba del retraso
Haz una foto a la pantalla del aeropuerto donde se ve tu vuelo y la hora real de salida o llegada. Pide un certificado de retraso en el mostrador. Si no te lo dan, no te pelees. Con la foto y los registros de vuelo suele bastar.
3. La calculadora: ¿qué te deben?
La indemnización es automática según la distancia, no según el precio de tu billete (puedes haber pagado 30 euros y recibir 250).
-
Vuelos cortos (hasta 1.500 km): 250 €.
-
Vuelos medios (1.500 – 3.500 km o intracomunitarios largos): 400 €.
-
Vuelos largos (más de 3.500 km fuera de la UE): 600 €.
Además de esto, te tienen que pagar los gastos (comida, hotel) que el retraso te haya provocado.
4. El primer intento: atención al cliente
Debes reclamar primero a la aerolínea. Rellena su formulario web.
Aquí es donde suelen responder con una plantilla estándar: “circunstancias extraordinarias”. Te hablarán del clima, de huelgas o de problemas técnicos imprevistos.
Si es verdad (una gran tormenta, por ejemplo), no hay nada que hacer. Pero muchas veces alegan problemas técnicos que, según los jueces, no son excusa para no pagar.
5. El árbitro: AESA
Si la aerolínea te dice que no, puedes acudir a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA). Es un trámite gratuito y online.
AESA emitirá un informe. Últimamente, la ley ha cambiado para darles más poder, pero la realidad práctica es que muchas compañías siguen esperando a que las lleves al juzgado para pagar.
6. La vía judicial (donde entramos nosotros)
Si has llegado hasta aquí y no te han pagado, hace falta una demanda.
Si la cantidad es inferior a 2.000 €, podrías hacerlo tú mismo sin abogado ni procurador. Pero te seré honesto: enfrentarse a los servicios jurídicos de una aerolínea sin conocer la ley es complicado.
Nosotros presentamos la demanda. A menudo, la aerolínea paga justo antes del juicio para evitarse las costas y los intereses. Conocen la ley, y saben cuándo van a perder.
Conclusión
Reclamar tus derechos requiere paciencia, pero es justo.
El dinero es tuyo, no de ellos.



