Tu casero te quiere echar del piso. Trucos legales que pueden salvarte.
Imagina la escena.
Llegas a casa después de un día de esos que preferirías borrar. Abres el buzón y ahí está. Una carta. No es una postal de tu tía, no. Es de tu casero.
Y no te escribe para felicitarte el cumpleaños.
Te dice que necesita el piso. Que lo siente mucho, pero que su hijo Manolito se casa, o que su primo del pueblo viene a la ciudad, o que él mismo quiere volver a vivir ahí.
Te da...