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Analizamos la Sentencia de 3 de julio de 2000, dictada por el Tribunal Supremo, Id Cendoj: 28079110012000102115 (puede descargar aquí la sentencia).
El inquilino demandó al propietario por no realizar las reparaciones necesarias en el inmueble, lo que llevó a su declaración de ruina. El Tribunal Supremo falla a favor del inquilino, estableciendo que el propietario es responsable de los daños y perjuicios causados, ya que su obligación de conservar el inmueble no se limita a reparaciones menores, sino que incluye evitar su deterioro hasta la ruina.
La postura de la parte demandante
El inquilino argumentaba que el propietario incumplió su obligación de conservar el inmueble, ignorando las órdenes del Ayuntamiento para realizar reparaciones necesarias. Este incumplimiento llevó a la declaración de ruina del edificio, causando perjuicios al inquilino.
La postura de la parte demandada
El propietario alegaba que no estaba obligado a realizar las obras de reparación, argumentando falta de litisconsorcio pasivo, prescripción, falta de jurisdicción, entre otras excepciones.
La decisión judicial
El Tribunal Supremo casa la sentencia de la Audiencia Provincial y confirma la sentencia de primera instancia, condenando al propietario a pagar los daños y perjuicios al inquilino. El Tribunal establece que la obligación del propietario de conservar el inmueble incluye evitar su deterioro hasta la ruina, y que su incumplimiento genera responsabilidad.
Normativa y jurisprudencia aplicada
Artículos citados
- Código Civil: Artículos 1.554 (apartados segundo y tercero), 1.556, 1.089, 1.101, 1.103 y 1.104
- Ley de Arrendamientos Urbanos: Artículo 107
Sentencias citadas
- Sentencias del Tribunal Supremo de 26 de diciembre de 1.942 y 20 de febrero de 1.975